sábado, 30 de julio de 2011

EL ENCUENTRO

Ven y siéntate, conversemos,
que hace mucho que no nos vemos
y hoy la vida nos da esa opción
ya rodados tan largos años;  
y aunque somos - por poco - extraños,
queda en ambos la evocación
de ese aprecio que nos tuvimos
y el pasado que compartimos.

Por enigmas en nuestras vidas
cada cual emprendió su vuelo,
persiguiendo su propio cielo
y episodios a sus medidas.
¿Dónde fuiste a pasar tus días,
alcanzaste tus objetivos,
no te fueron jamás esquivos
y has vivido con alegrías?

No te quedes así, callado,
que pareces atribulado:
cuéntame sin temor amigo,
¿Qué conflicto apagó tu risa,
qué aflicciones están contigo
qué me esconde tu voz remisa?...
¡Di por Dios lo que te sucede
no permitas que en ascuas quede!


Se quedó pensativo, mudo,
-a su voz la extinguía un nudo-
mas ausente de todo enfado,
extendió lentamente el brazo,
y mirándome ensimismado
en mis hombros dejó su abrazo;
y tomando el cerril camino
fue al encuentro con su destino.

Se aprestaba a cumplir la cita
que ninguno jamás evita;
Átropos, la deidad temida,
ese día acabó su vida.

Poema  en eneasílabos, Párrafos asimétricos, acentuación solo en 1ª, 3ª, 6ª y 8ª con rima variada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario