Para que te niego
amigo
-absurdo sería hacerlo-,
mi sinceridad contigo
me obliga a
reconocerlo.
Claro que amé a las
mujeres
¡quién no se rinde
ante ellas!
si son los mas bellos
seres
de la tierra a las
estrellas…
Si una mujer nos
cautiva
el corazón se acelera,
el sentimiento se
aviva
y la razón queda
fuera.
El rostro mal
disimula,
se aceleran los latidos,
la palabra se
estrangula
y quedamos poseídos.
Y sí, verla nos
trastorna,
cambia de color la
vida
y completa esta se
torna
fenomenal y florida.
Es que una mujer
provoca
revuelo en nuestros
estados
y contemplando su boca
solemos quedar postrados…
2.
Porque amar a una
mujer
es respirar encantado,
sentirse pleno a su
lado;
andar feliz por
doquier
y vivir embelesado.
Es sentir que la
reclamas
con urgencia
permanente,
es pensarla eternamente
y notar que ardes en
llamas
cuando la tienes en frente.
Es acariciar su huella
en las noches de
desvelo;
y procurando consuelo
soñarte al lado de
ella
para apaciguar tu
anhelo.
Es un fuego entre tu
pecho,
y un irrefrenable
anhelo,
es emprender igual
vuelo
en libidinoso lecho
y llegar con ella al
cielo…
Porque amar a una
mujer
es adorar su fragancia,
por su cuerpo sentir
ansia;
quererla siempre tener
y sufrirla en la
distancia.
Es notar la vida plena
al encontrarte su boca,
besarla con pasión
loca
y comprender que te
llena
lo que en ti su amor
provoca.
Es ahogarte en tu casa
clamando su compañía
vivir la melancolía,
y descubrir que te
arrasa
su temporal lejanía…
Porque amar a una
mujer
es soñarla en tu
jornada,
llamarla de madrugada;
y es en tu vida
entender
que sin ella vales
nada.
Es soñártela despierto
sentir que tu alma
suspira,
llorar si nadie te mira;
pensar que todo lo
cierto
sin ella es mera
mentira.
Es hacerla nuestra
vida
requerir de su
existencia
depender de su
presencia,
y saber que su partida
mataría nuestra
esencia..
3.
Pese a todo, digo,
amigo
que mis sueños van
perdidos,
pues mi vida fue
testigo
de fracasos y de
olvidos.
Qué si amé, claro que
sí;
y amé, tal vez
demasiado,
pero cuanto conseguí
fue desazón por
porfiado.
Sin excepción encontré
desvarío en mis caminos
y, aunque tanto
siempre amé,
me hirieron fieros
espinos.
Demasiadas desventuras
obtuve de las que amé;
¡yo sé mis noches
oscuras
y el llanto que derramé!
Hay que amarlas, no lo
niego,
pero ya pasó mi día,
he quemado todo el
fuego
y perdido la osadía.
******
Ámalas tú, con empeño,
disfruta esas alegrías
yo he renunciado a tal
sueño
y a todas sus agonías.
Me abstengo de ese
rosal
Y de esas hermosas
rosas
me espinaron para mal
sus espinas más
tortuosas.
Atrás quedaron los
años
que me hicieron tanto
mal,
mis llantos y
desengaños
hallaron - al fin -
final.
******
¡No me digas que las
quiera
- acaso no estás oyendo -;
si les doy el alma
entera
seguro me iré
perdiendo!
Mejor leeré poesía
para perderme en un
verso;
o cosa igual de baldía
que adormezca mi
universo…
4.
Me lo dijo en tono
serio,
con tan sincera
aflicción,
que respeté su
criterio
y silencié mi opinión…
Poema asimétrico en cuartetos y quintetos octosílabos. Poli rítmico.
Rima consonante alternada ABAB en los cuartetos y ABBAB en los quintetos.
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