viernes, 26 de agosto de 2011

ESTAS MANOS

Estas manos compañeras
en íntegras mis faenas
prueba dan de sus trajines
con múltiples cicatrices.

Testigo son de mis luchas
en pos de buena fortuna
y de los tantos senderos
que anduve buscando un cielo.

Acariciando rosales
se espinaron con espinas
y entre charcas cristalinas
se hirieron con pedernales.

Empuñadas se elevaron
e indignadas señalaron
a aquel señor poderoso
que trata de forma innoble
a quien ha nacido pobre
y, por desgracia, medroso.

Son las mismas que tocaron
hace tiempos tiernos senos,
que rozaron rostros bellos
antes de haberlos besado,
separaron firmes muslos
y palparon dulces cuerpos
cuando se dieron desnudos.

Atraparon otras manos
que para sí se guardaron…
aquellas tan delicadas
dulces manos de una amada.

Trabajaron con denuedo
cargando grandes anhelos,
se entreveraron en juegos,
propinaron puños fieros,
mostraron pulcros modales
y saludaron cordiales.

Actuaron como virtuosas
en las artes amorosas
y ocultaron los secretos
a los ojos indiscretos.

Resguardaron a mis ojos
y cubrieron mis sonrojos,
las lágrimas me secaron
y mis risas acentuaron …
Recorrieron los cabellos
de una amada sin consuelo,
se tendieron palma abierta
para aceptar un amigo
y fueron firme muleta
para mis viejos queridos.

Desde siempre me han servido
para levantar la copa,
disfrutar del regocijo
y apretarse en la derrota,
para sujetar un libro
o sostener a un chiquillo;
para acallar un asombro
antes de robar un beso,
para cerrar unos ojos
si son unos ojos muertos.


Manos de largas historias
a veces contradictorias,
de anécdotas incontables
por todo lo que ellas hacen;
tan traviesas de pequeño,
tan activas aprendiendo,
tan dóciles a los sueños,
tan  laboriosas por siempre
a fuerza de ánimo y temple.


Estas manos artesanas
hoy procuran mi sustento
dedicando sus jornadas
al trabajo y al esfuerzo…
Manos firmes, laboriosas,
en mil disimiles obras,
eruditas en bravezas,
y en interminables bregas.


Con estas brindo cariño,
os saludo y me despido,
mando un adiós a lo lejos,
aplaudo y dirijo un beso.

Ciño caderas sensuales
en tiempos de carnavales,
recorro espaldas y cuellos
y masajeo deseos…
Atrapo las finas manos
de una muchacha traviesa
que aparece en el verano
a regalarme un momento
y a la luz de los luceros
se me obsequia  toda ella
en una noche de estrellas.

Cobijan mis ojos viejos
cuando el sol me los lastima,
y presienten en sus dedos
el final que se aproxima.

Estas manos tan usadas
siempre han sido mis aliadas
y aunque ahora están manchadas…
son mis grandes camaradas. 

Poema asimétrico en versos octosílabos, poli rítmico.
Rima asonante, variada o ausente.

1 comentario:

  1. Cuanta belleza pueden hacer las manos... Pero sólo un poeta puede descifrarlo con la maestría que lo has hecho tú,siempre te dije que eres grande en lo que escribes y más...Ojalá y un día puedas publicar un libro que llegue a mi país para guardarlo como un tesoro , no exagero ehh, soy tu fans fuera de concurso!

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