Estas
manos compañeras
en
íntegras mis faenas
prueba
dan de sus trajines
con
múltiples cicatrices.
Testigo
son de mis luchas
en
pos de buena fortuna
y
de los tantos senderos
que
anduve buscando un cielo.
Acariciando
rosales
se
espinaron con espinas
y
entre charcas cristalinas
se
hirieron con pedernales.
Empuñadas
se elevaron
e
indignadas señalaron
a
aquel señor poderoso
que
trata de forma innoble
a
quien ha nacido pobre
y,
por desgracia, medroso.
Son
las mismas que tocaron
hace
tiempos tiernos senos,
que
rozaron rostros bellos
antes
de haberlos besado,
separaron
firmes muslos
y
palparon dulces cuerpos
cuando
se dieron desnudos.
Atraparon
otras manos
que
para sí se guardaron…
aquellas
tan delicadas
dulces
manos de una amada.
Trabajaron
con denuedo
cargando
grandes anhelos,
se
entreveraron en juegos,
propinaron
puños fieros,
mostraron
pulcros modales
y
saludaron cordiales.
Actuaron
como virtuosas
en
las artes amorosas
y
ocultaron los secretos
a
los ojos indiscretos.
Resguardaron
a mis ojos
y
cubrieron mis sonrojos,
las
lágrimas me secaron
y
mis risas acentuaron …
Recorrieron
los cabellos
de
una amada sin consuelo,
se
tendieron palma abierta
para
aceptar un amigo
y
fueron firme muleta
para
mis viejos queridos.
Desde
siempre me han servido
para
levantar la copa,
disfrutar
del regocijo
y
apretarse en la derrota,
para
sujetar un libro
o
sostener a un chiquillo;
para
acallar un asombro
antes
de robar un beso,
para
cerrar unos ojos
si
son unos ojos muertos.
Manos
de largas historias
a
veces contradictorias,
de
anécdotas incontables
por
todo lo que ellas hacen;
tan
traviesas de pequeño,
tan
activas aprendiendo,
tan
dóciles a los sueños,
tan laboriosas por siempre
a
fuerza de ánimo y temple.
Estas
manos artesanas
hoy
procuran mi sustento
dedicando
sus jornadas
al
trabajo y al esfuerzo…
Manos
firmes, laboriosas,
en
mil disimiles obras,
eruditas
en bravezas,
y
en interminables bregas.
Con
estas brindo cariño,
os
saludo y me despido,
mando
un adiós a lo lejos,
aplaudo
y dirijo un beso.
Ciño
caderas sensuales
en
tiempos de carnavales,
recorro
espaldas y cuellos
y
masajeo deseos…
Atrapo
las finas manos
de
una muchacha traviesa
que
aparece en el verano
a
regalarme un momento
y
a la luz de los luceros
se
me obsequia toda ella
en
una noche de estrellas.
Cobijan
mis ojos viejos
cuando
el sol me los lastima,
y
presienten en sus dedos
el
final que se aproxima.
Estas
manos tan usadas
siempre
han sido mis aliadas
y
aunque ahora están manchadas…
son mis grandes camaradas. Poema asimétrico en versos octosílabos, poli rítmico.
Rima asonante, variada o ausente.
Cuanta belleza pueden hacer las manos... Pero sólo un poeta puede descifrarlo con la maestría que lo has hecho tú,siempre te dije que eres grande en lo que escribes y más...Ojalá y un día puedas publicar un libro que llegue a mi país para guardarlo como un tesoro , no exagero ehh, soy tu fans fuera de concurso!
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