Mil cicatrices cargamos
de muy variados tamaños,
porque a través de los
años
hemos sufrido reveses,
golpes, heridas, y a
veces
vivencias agrias y
crueles.
Las cicatrices del
cuerpo
pueden llevar a
complejos;
por tal para su manejo
se acude a la medicina
que ejecuta cirugías
para anular las heridas.
Las cicatrices internas
generalmente secretas,
son estocadas inmensas
hundidas en las entrañas;
que nunca quedan atrás
porque anidan en el
alma…
Semejan crudas heridas
que duelen, dañan y
hostigan,
y traen a nuestra vida
llantos, desganos,
suspiros,
que marcan triste
destino
si no consiguen alivio.
Y existen otras, aciagas,
que la existencia socaban;
esas por siempre
grabadas
que crean daño indeleble
en el abstracto regente
que tenemos en la mente.
Patronos del
inconsciente,
deformes, malos y
crueles,
que de repente arremeten.
Los traumas, bestias
oscuras
que en la niñez se
acumulan
y todo futuro anulan.
Las cicatrices taimadas
serán a muchos extrañas,
porque sólo quien las
carga
sabe que peso se siente
cuando esas intransigentes
se llevan dentro por
siempre…
¡Deseo dar un consejo
a quien educa un pequeño.
Por favor redoble
esfuerzos
y no arruine su puericia;
ello deriva en estigmas
que dañan siempre sus vidas!
Poema poli rítmico en sextetos octosílabos.
Rima asonante continua, por tercetos, aaabbb…
Cicatrices internas, esas, las más dolorosas.
ResponderEliminarBellos versos.
Besos.