martes, 20 de septiembre de 2011

LOS LAMECULOS

Hay personas que no nos gustan
por uno o por otro motivos
sus directrices nos disgustan
y se nos hacen repulsivos.

Igual sucede con nosotros

en relación con los demás
tampoco gustamos a otros
por la forma de ser o más.

Algún refrán juicioso reza

"no somos moneda de oro"
y de tal existe certeza 
que reconozco y corroboro.

Pero de todos los defectos

que en el prójimo se perciben
existen algunos, abyectos,
que toda indulgencia prohíben.

Desdeñar a los mentirosos

además a los deshonestos
dejar atrás a los chismosos 
y a los presumidos enhiestos…

son acciones que a diario hacemos

sin mayores complicaciones
con sujetos que conocemos
y apartamos por sus acciones.

Pero hay una clase especial 

de especímenes detestables
cuyo comportamiento usual
les señala como impotables. 

Se les llama soba chaquetas

serviles, lambones, borregos,
que virando como veletas 
viven de avivar otros egos.

También lameculos les llaman

-nombre que perfecto les sienta-
porque mientras a oscuras traman
su decencia ponen en venta; 

porque arrodillados se prestan

a cualesquiera vejaciones 
y ni siquiera se avergüenzan
por su carencia de cojones. 

Miserables desvergonzados 

de rodilleras permanentes
que pretenden ser ensalzados
por desmerecer a otras gentes;

o porque en busca de favores

de quienes poderes ostentan
les aplauden crasos errores
y toda actuación les alientan. 

De tales vacuos sin preceptos

estamos ahora colmados… 
son una caterva de ineptos
jamás por su valor nombrados.

unos cándidos pobres diablos

que no se destacan por sí ; 
los rastreros del gran establo
en que convivimos aquí.

Parásitos para este mundo

pusilánimes y peleles
rufianes, falsarios e inmundos
mercantilistas de oropeles.

¡Imbéciles de mala cuna

que la vida nos importunan! 

Poema en cuartetos (Salvo el último párrafo) eneasílabos, poli rítmico.
 Rima alternada consonante ABAB (Salvo algunos plurales).

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