Deshecho, ya sin metas, opté
por irme lejos,
y me alejé callado sin dar
explicaciones,
dispuesto a liquidar mis
propias emociones,
y relegar por siempre mis agrios
tiempos viejos.
Así me transformé en hombre
mudo y recio,
insano vagabundo, escasamente
cuerdo;
y ansiando sepultar cualquier
fatal recuerdo,
pagué  - en ese intento - su exorbitante precio.
Vagué, de aquí a allá, sin
brújula ni guía,
carente de destino o ruta
decidida,
rodando al simple azar, con
toda fe perdida, 
busqué con cada paso la
íntegra apatía. 
A fuerza de evasiones perdí
cualquier memoria,
quité de todos actos -de
plano- el sentimiento, 
birlé también lo cuerdo en cada
pensamiento
y aislé de mi vivencia su
precedente historia.
Abandoné los sueños,  igual las emociones,
y me hice maquinal, quizás
extravagante,
apenas vagabundo, apenas
caminante,
carente  de razones o de motivaciones.
Al fin, indiferente, abúlico
y sombrío,  
glacial y en consonancia con
ese laberinto,
viviendo por albur, de
pronto por instinto,
me vi cualquier mañana, sin
excepción, vacío.
Y me quedé sin vida en una
noche incierta,
sin que entreviera nada, apenas
mucho sueño;
mas mi alma no viajó ni vino
a verla un dueño,
allí quedó, conmigo… ¡estaba
igual de muerta!
 Poema poli rítmico
en cuartetos tetra decasílabos compuestos, con hemistiquios 7 - 7.
Acentuación en 2ª y/o
4ª y 6ª.
Rima abrazada
consonante ABBA…       
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario