viernes, 14 de octubre de 2011

DEUDA CON LA CONCIENCIA

En el álgido ocaso de mis años
raros jueces concurren a mi lado,
examinan despóticos mi estado
y mis faltas valúan por tamaños.

Silenciosos revisan mi pasado,
-en mis yerros sus ojos prontos calan-
y con rígidos dedos me señalan
como un inquisidor al acusado.

Callo, con un terror omnipresente
que atraganta mi lágrima latente  
y me siento cercano al hondo abismo.

Sentenciado, lindando el paroxismo,
les imploro perdón por lo pendiente, 
aunque… ¡no me perdono ni yo mismo!…


Soneto en endecasílabos. Acentos fijos en 6ª y 10ª.

Rima ABBA CDDC EEF EEF

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