miércoles, 12 de octubre de 2011

GAVILÁN DOMESTICADO

Ingenua llegó a mi mano
una bella mirla un día
y me confió con su canto
que de verdad me quería.

Su primoroso plumaje
se estremecía al contacto
y sus ojitos cordiales
me hablaban enamorados.

Yo, curtido gavilán,
perdí de pronto mi instinto
y traicionando el ritual
le di un manejo distinto.

La noté tan inocente
y su decir tan sincero 
que me comprendí impotente
de cercenar sus destellos.

Y a mi cueva la llevé
entre mis alas inmensas
para quererla por siempre
y en mi existencia tenerla.

De gavilán carnicero
pasé a consorte devoto
que la protege con celo
y la ama con alborozo.

Qué gocen los gavilanes
a quienes cedí mi espacio
tengo ya mi bella amante
y en ella mis ansias sacio.


Poema poli rítmico en cuartetos octosílabos.
Rima asonante alternada abab...

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