La señora de ojos
rayados
me llevó por años
perdido,
con los sueños encandilados
y galanteando en su
oído.
Le insistí como pordiosero
hechizado por su silueta,
y era mi interés tan
sincero
que jamás noté su
careta.
Ella aprovechó ese
momento,
fascinada con mi
lisonja,
y explotó mi
enamoramiento
convirtiendo su ego en
esponja.
En aquellos tiempos
lejanos
no otorgó valor a mi
amor,
y me interponía sus
manos,
arguyendo culto a su
honor.
Abrumado por su rodeos
decidí dejarla del
todo;
y aplicado a mis ajetreos
la olvidé en cierto
recodo.
Luego un día… lo
inesperado,
de su casa, presta escapó,
tras los pasos de un
potentado
que de sueños la
atiborró.
Pero aquel vibrante romance
acabó su fascinación;
y al final en turbio
percance
terminó la absurda
cuestión…
Hoy, llegó a mí la
señora
a decirme cuanto me
quiere;
respondí: llegaste a deshora
el amor se acoge o se
muere.
Poema
en cuartetos eneasílabos. Acentuación en 1ª y/o 3ª y/o 5ª y 8ª.
Rima alternada consonante ABAB…
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