Mi juez fue riguroso.
Sin vacilar me dijo:
No importa
si no te sientes preparado;
has perdido tu libertad.
Te condeno de por vida.
Ésta será tu cárcel
y la habitación tu celda.
Quedarás encadenado
para siempre entre sus brazos
a diario tu tarea
será llenarla a besos
íntegro tu propósito
enardecer su cuerpo
y el mayor compromiso
hacerla vivir sus sueños.
Yo, sumiso acepté.
Ese implacable juez
era mi corazón.
Poema asimétrico y poli rítmico.
Versos libres.
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