martes, 24 de julio de 2012

EN SILENCIO SE MARCHÓ



Sin asomo de aflicción

en silencio se marchó

y al hacerlo me arrancó

toda traza de ilusión.

Una vasta decepción

me inundó en aquel momento

y un inmenso desaliento

se hizo dueño de mis días,

que se hicieron -mas que frías-

escenario del lamento.

 

Con los ojos pesarosos

recorrí de lado a lado

nuestro cuarto desolado

donde fuimos tan dichosos.

Hice esfuerzos infructuosos

para contener el llanto

y el amargo desencanto

que invadía mi existencia,

empujando la conciencia

al Abismo del quebranto.

 

Recogí las tantas cosas

que dejó desparramadas

o quizás abandonadas

en sus prisas impetuosas.

Sus batolas más hermosas,

los faldones coloridos,

sus botines preferidos

y las rubores, estampadas

de azaleas encarnadas,

o de pájaros tejidos.

 

Las guardé por mil semanas

Anhelando Como un tonto

que llegara a mí de pronto

con su Risa de Campanas.

La esperaba en las mañanas

-iniciando mis funciones

de machetes y azadones-

y oteando la llanada

yo pedía su llegada

con fervientes oraciones.

 

Preferí jamás buscarla

y pedirle que volviera,

porque supe que ello era

vano intento de amarrarla.

Desde siempre quise amarla

respetando sus anhelos

y, a su lado, vi los cielos

mas hermosos que existieran,

cuando nuestras vidas eran

almas de gemelos vuelos.

 

Fueron tiempos venturosos,

de paseos abrazados,

de crepúsculos rosados

y de albores luminosos.

Éramos mozuelos briosos

que con temeraria prisa

olvidamos la premisa

de vivir según la edad,

para ver con claridad

el terreno que se pisa.

 

Perseguimos un camino

de jolgorios y alegría,

una loca fantasía

sin un ápice de tino.

Y muy pronto sobrevino

el certero entendimiento

de que sin un buen cimiento

la pareja se deshace

y que muere lo que nace

cuando llega el descontento.

 

Épocas de mucho empeño

nos vinieron sucesivas

y sus voces afectivas

se volvieron de desdeño.

Enterró del todo el sueño

que juramos años antes

y mis voces suplicantes

repitiéndole mi amor,

no encontraron receptor

sino apenas más desplantes.

 

Y por eso de seguro

se marchó sin un reparo,

en la búsqueda de un faro

que jamás le fuera oscuro.

Al pensarlo me aventuro

a entender su proceder:

nunca pude complacer

esas metas prometidas

y se fueron nuestras vidas

cuesta abajo sin saber. 

 

 

Ja corrido el calendario

olvidé Mi sueño necio

y una tarde, con desprecio,

hice fuego su vestuario.

Mas, pregunto casi a diario:

¡si su vida ya es ajena

el por qué de tanta pena

asfixiándome el aliento;

y por qué el sentimiento

que me acusa y me condena!

 


Poema en décimas octosílabas con acentuación trocaica (1ª,3ª,5ª.7ª)
Rima consonante ABBA. ACCDDC

3 comentarios:

  1. Ufff !Parece éste un poema para lectores de altos vuelos,si yo hiciera uno así de 10 estrofas y de remate décimas ... seguro se me muere la única neurona que me queda , jajajajaja,la melancolía de estas letras , me contagió!!Muy bueno. Te estrello y te abrazo.

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  2. Parece que había muchas ganas de escribir. Melancólica inspiración don Jorge, veo que sigue teniendo buen pulso para el lápiz y destreza con esto de la métrica y la rima de la que yo escapo. Pero no puedo escapar a su encanto y aquí me tiene leyéndolo para sentirlo cerquita.
    Va un besazo de aquellos.

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  3. sentí una necesidad de venir por tus letras, seguro en las estadísticas encuentras mi paso... Te escribo enseguida un correo , tengo algunas interrogantes.

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