Conozco de muchas botas que causan
indignación,
las botas de militares que aplastan la
libertad,
las botas ensangrentadas con sangre de su
nación,
las botas de aquellos hombres carentes de
humanidad
que atacan, igual que bestias, a la
manifestación
que armada con sus pancartas reclama por la
equidad.
Las botas que conocimos en pueblos de la
región
calzaron a dictadores con amplia legión
servil,
dispuestos a gobernar a fuerza de represión,
de cárceles, de torturas; y de criminal
fusil. 
Millares de botas negras creando desolación
por dar prolongada cima a algún asesino vil. 
Aquellos, sin par, matones - infames y
malnacidos-
solazan en sus palacios iguales que un magno
rey,
en tanto incontables madres entierran a sus
maridos
indagan por los perdidos  y claman  justicia y ley.
No vimos jamás la bota que siempre mantenga
el mando;
culmina al final su imperio y cae del pedestal.
Los pueblos despiertan briosos y llega la
fecha cuando
desertan despavoridos con todo su capital 
a alguna región minada por un sanguinario
igual.
Algunos tiranos mueren metidos en la prisión,
pensando con fieras ansias en cómo poder
volver;
en tanto los ciudadanos se buscan cualquier
bufón
que alienta sus utopías y accede a un novel
poder.
Refrenda al final la historia su cíclica
condición,
el hombre muy poco aprende de tanto anterior
error,
muy pocos liquidan pueblos en pro de su
posición;
millones terminan siempre cargados de cruel
dolor. 
Poema en párrafos heterogéneos hexadecasílabos
con hemistiquios 8- 8. Acentuación en 2ª y/o 5ª y 7ª.
Rima consonante alternada ABABAB…, excepto en
el cuarto párrafo (ABABB)… 
 
 
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