sábado, 14 de enero de 2017

HISTORIA DE UNA PALIZA

Tremendo el lío en que estoy,
mis musas en vacaciones
y mi mujer justo hoy
pretende que yo le escriba
algunos pulcros renglones
en donde mi amor perciba.

Mi cabeza está nublada
y no descubro una trova
que no sea rebuscada,
y parezca vehemente,
sin que suene a casanova,
pero sí, de amor ferviente.

Vaya empresa más compleja
en la que hoy estoy metido
por complacer a la vieja;
pero negarme sería
como meterme en el nido
de una víbora con cría.

2

Después de pensar por horas
le escribí, algunas frases
con consonancias sonoras
y enseguida me apresté
a incorporarle compases
que le otorgaran caché.

Cuando completo lo tuve
se lo llevé ilusionado
pero solo su ira obtuve
y aunque no entiendo su furia
aquí lo dejo estampado
y juzguen si sí hubo injuria.

3.

“Querida y fiel dulcinea
cuando te miran mis ojos
veo que no hay dama fea,
muy a pesar de tus canas
de tus gruesos anteojos
y de tus nalguitas planas.

Sé mi querida princesa
que te sientes deprimida
porque te notas obesa
pero yo, ya ni lo noto
porque de toda la vida
te he visto como un jojoto.

No me inquietan tus cachetes
ni tus rodillas garetas*
 y menos tus dos juanetes.
Así como eres te quiero
aunque tus ínfimas tetas
parezcan más un tablero.

Además decir quisiera
que no me importa tu bozo
así que no uses más cera.
Considero reina amada
después de tan bello esbozo
que ya no me falta nada”

4.

Hoy desperté delicado
e interno en un hospital,
aparte de amoratado
con cortes en  la cabeza;
quizás mi vieja al final
no entendió tanta belleza…

*garetas: En Colombia: cazcorva, con las piernas en arco.




No hay comentarios:

Publicar un comentario