Avanza
la fría noche
bajo
una luna inmutable,
la gran
ciudad se adormece 
-parece
estático el aire-
aunque se
ven unos cuantos
caminando
aún sus calles. 
No son
de las bellas casas
sino inopes
personajes,
 vagabundos sin un techo
y algunas
madres, que aparte,
rebuscan
en las canecas
de un sonado
restaurante 
una
sobra comestible, 
cualquier
bocado pasable,
para
llevar a sus hijos
infantes
faltos de un padre,
que en
vilo, esperan ansiosos
cualquier hogaza que calme,
el dolor que les acosa
por su miseria y su hambre
Rima asonante a-a-a-...
 
 
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