.
Sordo, ciego, inconsciente y
testarudo,
intenté mis primeros escarceos;
y topé con la dama más radiante
que pusiera el señor en esta
tierra.
.
La atracción inundó mi ser, mi
vida,
y sentí la ansiedad que tantos
sufren;
la busqué con afán y con
ternura
esperando mi amor correspondido.
.
Supe entonces del témpano en su
alma, 
del invierno perpetuo de su
mente
y su triste versión como
persona.
.
Por fortuna, mi duelo estuvo
corto,
ya otra dama camina a mi
costado 
y la vida volvió a ser
plausible.
.
Jorge Toro Salazar
Soneto
endecasílabo. Acentos obligados en 3ª, 6ª y 10ª.
Poema blanco.
 
 
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