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De pequeño viví mis cinco y
seis
con abuelos canosos y serenos;
que me criaron con normas en
desuso,
que por siempre valoro y
agradezco.
Era Helena la abuela siempre
amada
y era Alberto el abuelo justo y
serio;
muy temprano murió la abuela y
pronto 
retorné al hogar y a mi
colegio.
A su muerte entendí, llorando a
mares,
que la muerte arrebata a los
longevos
aunque sean geniales y queridos.
Ya en mi casa, el crecer pagó
su precio
e inconforme viví la
adolescencia,
reservado y arisco en unos
tiempos
de ultrajada y vedada rebeldía.
Ambos padres, los míos, por
supuesto
poco a poco se fueron
desgastando
y de pronto su andar se vio
sujeto 
al dolor, las vigilias y
aflicciones.
Cierto día siguieron el
trayecto
que nos dicta la vida por igual
y nos lleva al retiro de los
muertos.
Aunque sé que en la lista sigo
yo
continúo mi marcha sin apremio.
Jorge Toro Salazar
Poema
en versos endecasílabos, tipo Romance. Acentos en silaba impar, obligados en 3a,
6ª y 10ª.
Rima asonante – a – a -a -a …
 
 
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