Nunca me enamoré tanto en la vida,
nada me disuadió, nadie me dijo:
"mira tu insensatez,
mírate mijo 
vas a la perdición, busca
salida".
. 
Nunca me cuestioné, siempre, lo
juro,
puse mi corazón preso a sus
pies,
lleno de exaltación, fui a la
vez
cándido y, sin dudar, crío
inmaduro.  
.
Luego, con la adultez tuve
conciencia,
vi que la pubertad pronto se va,
vi mi precocidad torpe; y quizá  
supe que para amar sobra la
urgencia. 
.
Pienso que, si olvidar algo
resuelve,   
ella, para mi mal, siempre me
vuelve…   
.
Jorge Toro Salazar.
Soneto
endecasílabo. (Sáfico inverso) Acentos fijos y exclusivos en 1ª, 6ª, 7ª y 10ª.
 
 
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