Abatidos, celosos, desde lejos,
mi dulcísima amada, nos espían;
y se duelen, airados y
perplejos,
al mirar tan ajeno cuanto
ansían.
.
Tu belleza provoca desazones, 
y un rencor venenoso, mi tesoro,
porque enloda sus tristes
corazones,
mientras yo, tus caricias
atesoro.
.
No podremos quedarnos pues la
envidia
puede hacer que nos llegue la
desgracia,
ya que al más inocente la
perfidia
le tortura feroz si no la
sacia.
.
Nos iremos callados por la
sierra
y tomando el camino del
desierto
buscaremos el filo de la tierra,
su confín, con su mar y con su
puerto.
.
Y a la mar zarparemos para
amarnos.
sin que nadie importune
nuestros besos,
y en los días y noches
entregarnos
con pasión que se sienta hasta
en los huesos…
 .
Hoy, lejanos del mundo, yo
suspiro 
cuando tú, seductora, me
provocas
y ferviente y pletórico te miro,
mientras locas se buscan
nuestras bocas.
Poema en cuartetos
endecasílabos, acentos fijos en 3ª, 6ª y 10ª..
Rima consonante alternada ABAB...
 
 
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