Nos ilustran las voces de
ficción y leyenda,
de momentos oscuros de una
amarga contienda,
que en los tiempos de guerra
sucedieron nomás.
Una hermosa muchacha despedía a
su amado,
quien cargando su rifle como
guapo soldado,
se enlistaba y de pronto no
volvía jamás. 
.
Se quedó solitaria en su rol de
modista,
trabajando incansable y
esperando una pista
o razón de su hombre, que no
pudo alcanzar.
Cierto día nefasto, entre voces
diversas,
escuchó compungida las noticias
perversas
de la muerte del suyo y se puso
a llorar.
.
Más de un año de luto le guardó
recatada,
pero un día en la tropa que
llegó de pasada
se encontraba un soldado que pasó
a su taller.
Él quería un remiendo en sus
viejos calzones,
pero viéndola inerme ideó las
razones 
para verla y a solas revertirla
a mujer.
.
Del encuentro que tuvo, del
desliz pasajero,
le quedó un embarazo, un mirar
lastimero,
una fama perdida y maltrecho el
honor. 
El soldado se fue con su tropa de
prisa,
mientras ella sentía en su
vientre, remisa,
un embrión que le era su motivo
de horror. 
.
Cuando el niño nació, arribó estropeado
al inhóspito pueblo el esposo olvidado,
que llegó preguntándola con
famélica voz.
Asustada, corriendo, ella huyó
con su crío
y cruzando la selva terminó
frente al río,
caudaloso y crecido que corría
veloz.
.
Quienes cuentan la historia dos
versiones entregan,
unos hablan de muerte mientras
otros la niegan… 
que ahogó a su pequeño fue lo más
popular.
Al final, como fruto de los
hechos expuestos
en el pueblo surgieron un
montón de supuestos 
y empezó la leyenda, para
muchos sin par.
.
Se esfumó para siempre, aunque
ahora aparece
dolorida y llorando cuando el
río se crece,
y en sus manos acuna su ahogado
bebé.
Nadie intenta seguirla y a su
paso se frenan,
porque advierte su llanto que
dolores le apenan;
y le corren y tiemblan sin
saber ni el porqué. 
.
Desconocen si llora maldiciendo
su suerte
o esperando ese día que la cargue
la muerte,
al lugar designado cuando llega
el final.
La llorona le dicen y las
gentes se espantan  
y aunque muchos maldicen y
otros más se quebrantan,
se semeja esta historia a un
invento irreal. 
.
Jorge Toro Salazar.
Sonatina
(versos tetra decasílabos con hemistiquios 7 – 7). Acentos fijos en 3ª y 6ª de
cada hemistiquio. 
Rima
consonante: AABCCB… tercero y sexto versos siempre agudos.               
 
 
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