EDÉN

 

Cuando asoma temprano, albo en la lejanía,

y con luces radiantes clarifica el naciente,

se despierta la vida, atempera el ambiente,

y se marca en el cielo el comienzo del día.

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Manifiestan los ojos evidente alegría;

y animales, humanos, todo cuerpo viviente,

ejecuta sus actos de manera creciente;

y renacen vigor y tenaz osadía.

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Con su paso invariable, con su ciclo del diario,

nos convierte la tierra en coloso santuario,

para amar y vivir sin afugias ni penas.

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Es funesto que el hombre demerite su nido

y destruya a su paso el edén recibido.

¡Qué malsana codicia nos recorre las venas!

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Jorge Toro Salazar

 

Soneto en tetradecasílabos con hemistiquios 7 – 7. Acentos fijos en 3ª y 6ª de cada uno.

Rima consonante ABBA, ABBA, CCD, EED.