¿Recuerdas esa noche, nuestra cita,
aquella que inventamos para vernos?
nos fuimos sin pensarlo a los infiernos,
¡el ansia de los dos era infinita!
.
Tu aliento convidaba a la lujuria,
tu cuerpo entre mis brazos cimbreaba,
los besos eran fuego que quemaba
y el grito del deseo, pura furia.
.
Fue tanto el desenfreno de ambas pieles,
tan fiero su estallido y su arrebato,
que luego de ese encuentro fue sensato
ya nunca ambicionar iguales mieles.
.
Si luego no seguimos, nada importa,
el solo recordarte me conforta...
.
Jorge Toro Salazar
Soneto en endecasílabos. Acentos fijos en 3ª, 6ª y 10ª.
Rima consonante ABBA CDDC EFFE GG.
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