Llegó a su casucha con el optimismo en la boca.
Viejita, por fin se nos vino la buena,
me dieron trabajo, 
dijeron será por las tierras del llano 
en una hacienda grandota;
mañana viajamos temprano.
La madre elevó su mirada  
y con devoción pronunció:
te doy virgencita las gracias 
llegó a tus oídos mi ruego.
Cayó de rodillas y se santiguó lagrimosa.
En otras casuchas paupérrimas
iguales muchachos y madres
vivieron afines escenas.
Al amanecer compartieron,
abrazos y mil bendiciones
promesas de prontas llamadas...
Y luego se fueron
mochilas al hombro,
con sueños de gloria rondando en sus frentes.
A la hora pactada, en la plaza del pueblo,
montaron a enorme furgón…
Atrás se quedaban miserias,
al frente esperaba el futuro. 
Enormes sonrisas y abrazos suplieron palabras
a nueve esperanzas que alzaban el vuelo.
Después de muy larga jornada
llegaron por fin al destino…
Los días y noches transcurren,
las madres no tienen noticias de aquellos.  
La espera nerviosa, la angustia silente,
convierten de nuevo su vana oración
en fiel compañera de días, semanas y más...    
Anoche la prensa  lanzó la primicia.
 "En cruento combate
las fuerzas armadas 
lograron la baja
de nueve insurgentes … 
Los hombres al mando 
serán ascendidos
y condecorados
por su valentía”… 
!! Las lágrimas cubren los rostros
de madres envueltas en nieblas 
de crudo dolor y total  impotencia !!
Poema asimétrico, ternario con acentuación anfibráquica (2,5,8...)
 
 
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