jueves, 18 de agosto de 2011

APARIENCIAS

Cuando mis huesos crujan oxidados,
la rígida columna esté curvada,
no puedan ya mis manos con un peso
y caigan estos hombros abatidos.

Cuando mis pies se arrastren vacilantes,
la mirada no vea ya el sendero,
los oídos no escuchen claros trinos
y mi pulso palpite desfasado.

Cuando ese día llegue - así no crean -
aunque muerto parezca estaré vivo.

Mas, si tengo los sueños cancelados
y mi fe sin remedio está apagada,
cínico he repudiado la esperanza
y valúo mi vida insulsa y fútil.

Mas, si aíslo mi vida de los otros,
tapono mis oídos y mi boca
y huraño, confinado en un retiro,
me margino de todas experiencias.

Cuando ese día llegue - así no crean-
aunque vivo parezca estaré muerto.

Poema en versos endecasílabos blancos, poli rítmico con acentos fijos en 6ª y 10ª.

No hay comentarios:

Publicar un comentario