miércoles, 19 de octubre de 2011

...AL MIRARLA ME RENDÍ...

Imponente, ahí parada…

Como efigie fascinante,
asombrosa, inverosímil…
Pura luz incandescente
entre sombras baladíes,
destellando como estrella
en un mundo desteñido.

Señorial, ahí parada…

Como reina esplendorosa,
de presencia inigualable...
Revestida de donaire
su mirada acrisolada,
la sonrisa de una diosa
y figura de un arcángel.

Tan perfecta, ahí parada...

Al mirarla me rendí,
por completo embelesado...
Y entendí que mi camino
era nuevo y perentorio:
Perseguir sus huellas siempre,
prodigarle mil venturas,
adorarla día y noche,
reflejarme en sus pupilas
y soñar con ser su dueño.


Poema asimétrico en octosílabos. Acentuación binaria trocaica (1ª, 3ª,5ª, 7ª)
Versos blancos.

1 comentario:

  1. Le pasa eso siempre a los hombres , al mirar a una mujer bella externamente se quedan anonadados , pero hay que ver también lo interno ,cuando encuentren esa dualidad de belleza ,entonces, sólo entonces deberían aventanse, jaja, lo que pasa es que las mujeres raras veces vemos la belleza externa de un hombre , cuando existe es nagancia...

    La estructura del poema muy bella , como siempre...

    Te abrazo.

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