Cuando la tarde fenece
el sol esconde su
brillo, 
la negra noche se asoma
y me visita el mutismo.
Se
guardan todos los pájaros                     
e irrumpen negros vampiros,
con aleteos nefastos
a provocar mi suplicio.
Voraces vienen a mí
sabiéndome descubierto,
a succionar mi sosiego
con sus colmillos sangrientos.
Desfallecido me
entrego
a la horda vil que me
acosa
y permito que me usurpen
la esperanza gota a
gota.
Cuando el alba va
asomando
desertan despavoridos,
mientras busco
reiniciar
congregando nuevos
bríos.
Pero el espejo me indica
que va al desastre mi
vida,
que estas noches de
tristeza
la socavan día a día.
Poema  poli rítmico en cuartetos octosílabos.
Rima parcial (asonante en los versos pares) – a – a….
 
 
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