miércoles, 19 de junio de 2013

¡AY AMOR!

¡Ay amor!, exaltado sentimiento,
desde siempre enigmático y complejo,
di ¿Por qué si en mis sueños la cortejo
paralizo -al toparla- todo intento? 
No comprendes acaso mi tormento
ni te apiadas de mí por cuanto peno
cuando veo que pasa y me condeno
al fingirle dureza y apatía, 
mientras dentro cabalga el alma mía
con un pulso alocado a ritmo pleno.

¡Ay amor!, de mis cuitas yo te cargo
y también de mi estado lastimero,
si no hubieras prendido este brasero
no sería mi mundo tan amargo.
¿Qué, no viste? vivía en el letargo,
alejado de todas emociones, 
sin conflictos, sin dudas, sin razones,
hasta el día que al verla por la calle
me quedé hipnotizado por su talle
y sentí renacidas mis pasiones. 

¡Ay amor!, inflamable gasolina,
tú serás el culpable si me muero,
la instalaste en mi pecho y con yesquero
me prendiste esta llama que calcina. 
Si me ves consumiéndome en la ruina
y de pronto te apiadas de este hombre, 
no permitas que al verla ya me asombre
o que piense en su cara idolatrada,
que no sueñe con verla en mi almohada 
ni me acuerde siquiera de su nombre.... 

Poema en décimas endecasílabas, con acentuación fija en 3a, 6a y 10a.
Rima consonante ABBA.ACCDDC.

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