lunes, 21 de octubre de 2013

UNA SEMANA MÁS

Día lunes y comienza la semana,
la pereza del domingo aún persiste
pero aguarda aquél empleo que escogiste
y se inicia tu jornada cotidiana.
En la calle el gran bullicio te amilana
mientras buscas afanoso algún transporte,
que te lleve a tu destino, sin que importe
si su precio vale más de lo debido;
no suceda que te arriesgues a un despido,
justo ahora que contemplan un recorte.

Pasa el día y en la noche vas a casa,
por fortuna duermes bien y empieza el martes,
una ducha refrescante y raudo partes,
evadiendo a tu mujer que te retrasa.
Ya la fila del transporte sobrepasa
la centena de personas en espera,
otro taxi menguará tu billetera
ya apretada por la deuda hipotecaria
que te exprime con su tasa “sanguinaria”
so amenaza de lanzarte hasta la acera.

Para el miércoles, henchido de energía,
ante el jefe, diligente te presentas,
esperando convencerlo con tus cuentas
que te suba del salario su cuantía.
El mezquino desaprueba tu osadía
y al contrario con palabras de desdeño
reconviene tu mediocre desempeño,
te insinúa que peligra tu trabajo,
Y te exige que agradezcas, pues abajo
hay mejores con un sueldo más pequeño.

Llega el jueves y amanece nebuloso,
tan sombrío como sientes tu existencia,
pero emprendes aferrado a la paciencia
otro día de trabajo riguroso.
Ya tu esposa te reprocha como esposo
y argumenta que la ignoras en la cama,
hasta piensa que mantienes otra dama
que te absorbe los deseos y el dinero;
entre tanto, de premuras prisionero,
cohabitas silencioso con tu drama.

Dice viernes hoy por fin el calendario,
ese día que aguardabas expectante 
pronosticas una noche delirante
de placeres y alborozo extraordinario.
Pero llega el memorando lapidario
que sepulta todos sueños de jolgorio,
en la noche habrá un trabajo perentorio;
-horas extras, lo demás se queda en nada-
tu señora en la vivienda está irritada
y no acepta tu argumento aclaratorio.
 

Amaneces por tu dama despreciado
en un sábado tiznado de sarcasmo,
y aunque sueñas alcanzar un mutuo orgasmo,
ella impide que te acerques a su lado.
Cuando al fin te nota serio y enfadado
ante tanta indiferencia inmerecida,
llega presta, cariñosa y decidida
a saldar con muchos besos su indolencia;
y adorable, seductora y con sapiencia ,
te concede con su entrega grata vida.

El domingo, apresado en su regazo,
entre risas te solazas y la besas
vale todo por tenerla - tú sopesas-
y de nuevo entre su cuerpo buscas paso.
El oasis alcanzado es el pedazo
de alegría que te impulsa a la esperanza,
que renueva cada día tu confianza
y el soñar con un mañana menos duro,
una vida floreciente en el futuro
aunque sientas utopía tal bonanza…

Ya sonó el reloj, las seis de la mañana,
día lunes y comienza otra semana…

Poema en décimas dodecasílabas, con acentos fijos en 3a, 7a y 11a.
Rima consonante ABBA.ACCDDC      


No hay comentarios:

Publicar un comentario