LOS ANTES Y LOS DESPUÉS

Conocemos y vivimos los antes,

pero, muchas veces, no sus después…

Es la vida en sus inicios, todos antes,

y en su marcha, sucesión de los después;

los primeros: sello claro en los infantes,

los segundos: signo franco de vejez.

Poco a poco van gastándose los antes

y lo mismo se acumulan los después,

son los antes ansiedades incesantes,

los después, satisfacción del interés.

Usualmente los después jamás coinciden

con aquello que creímos en los antes,

pues la vida tiene albures que deciden

los sucesos, con sorpresas incesantes.

Es por ello que en la vida los “tal vez”

son constante en cada paso que se intenta,

pues de pronto lo derecho va a revés

y nos sale disconforme toda cuenta.

A medida que los antes se consuman

se nos puebla la existencia de después,

por igual los que alborozan o que abruman,

pues la vida entrega triunfos y traspiés.

Con el tiempo y sus designios inmutables

toda lista de los antes se aminora:

los que el cosmos nos dictó inalcanzables

y el que nunca consiguió lugar ni hora.

Al final de nuestra vida, cierto día,

encontramos que nos queda un solo antes

y un después – desconocida travesía-

a la que nos dirigimos vacilantes.

Es la muerte quien demarca tal frontera,

clausurando todos antes y después,

el sombrío colofón que nos espera   

con severa y absoluta nitidez. 

Poema en cuartetos dodecasílabos con acentuación exclusiva en sílaba impar, fija siempre en 7a.  

Rima alternada consonante ABAB…