Hubo
mucha desazón y mucho llanto
y
sombríos nubarrones en el cielo 
cuando
cientos de habitantes sin consuelo 
arribaron
con la paz al camposanto.
Muchas
lágrimas mostraban desencanto
por la ruda realidad que puso velo
a
esas ansias, que un falsario Maquiavelo
convirtió
en cabal angustia y en quebranto.
El
optó por recurrir a la falacia
escondiendo
sus oscuros intereses
a
la sombra de su experta contumacia.
Sus
estúpidos borregos, como reses,
se
sumieron cabizbajos - que desgracia -
a
tragarse la inmundicia de sus heces.
Y se vio la triste patria sin futuro
atascada
en un pantano cruel y oscuro 
por
la treta del falaz y atroz perjuro… 
2.
Pero
el pueblo caminó con gran arresto
exhortando
a que el acuerdo no muriera
y
exigiendo en cada plaza, en cada puesto,
esa
paz que, esperanzado, pronta espera. 
Pues
de pronto el ciudadano viose expuesto
a
otros años guarecido en la trinchera;
y
gritó con gallardía un manifiesto
demandando
un no a la guerra y paz certera.
Siempre
sueño aquel magnífico mañana
donde
sean la concordia y la cultura
los
cimientos de una patria que se hermana.
La Colombia donde el odio se clausura
La Colombia donde el odio se clausura
donde
todos entendamos que es humana 
la
ambición de un porvenir sin amargura.
Que
se sumen mansas voces, gratas manos,
que
aglutinen a un sinfín de ciudadanos
y
apostemos por la patria… ¡Colombianos! 
 
 
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