Tres veces,
tres veces 
pasó la luna 
sobre ese patio,
tres veces
y había un gato 
y había humanos,
tres veces
y en los alambres
diversos trapos… 
La cuarta noche
la luna plena 
cubrió ese espacio;
no había nada
ni aquellos trapos 
ni un habitante 
ni el gato pardo;
todos partieron 
entre carreras 
amenazados.
 
 
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