Tantas
veces chocaste tu oleaje
contra
mi imperturbable acorazado;
y
tenaz circundaste mi costado  
esperando
alcanzar un abordaje… 
Tantas
veces roíste el camuflaje 
gélido
e indiferente que he usado; 
y
has tenido un empeño tan osado… 
que
lograste meterte en mi paisaje. 
Desconozco
si usaste algún brebaje
o
tan solo tu ahínco me ha llevado
a
sentir este anhelo tan salvaje.
Me
confieso recluso en el pecado 
y
valúo imposible que hoy ataje
la
pasión que al final me has inyectado.
Ya
me importan un bledo las razones
solo
ven y, olvidando privaciones, 
demos
vía a las lúbricas pasiones.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario