miércoles, 8 de marzo de 2017

PARAÍSO

Sinuoso se desliza rumbo al piso
el traje que pausado desanudo
y deja al descubierto el paraíso
de tu divino cuerpo… así, desnudo.

Mis manos acuciosas, sin permiso,
destraban esas tuyas, vano escudo,
y presto, sin reservas decomiso 
tu talle celestial, firme y menudo…

Ya nada me separa de tu vida,
ya cuanto ambicionaba tengo mío
y todo lo demás me vale nada.

Ahora que has quedado a mí prendida
serás la que me quite el viejo hastío
y avive mi pasión hasta hoy guardada.

No importa lo que venga en el mañana,
no importa si mi sien se muestra cana…
¡tenerte es el deleite que me afana! 

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