miércoles, 18 de septiembre de 2019

MONSTRUO


Inmóvil, semidesnudo y de costado,
sobre una charca de sangre coagulada,
lo encontró la policía que asistió.
Tenía dos puñaladas en la espalda,
a la altura del riñón - a primer cálculo-
y una más atravesando su garganta,
que le había destrozado la carótida.
Giraba un ventilador de sucias aspas;
y muda, impersonal, como distante,
en el suelo una mujer aún temblaba,
con manos ensangrentadas y un cuchillo,
todavía amenazante, como arma.
Una frágil pequeñita de seis años,
con sus ropas hechas trizas y sin bragas,
se aferraba a la mujer entre sollozos,
mientras lenta trascurría la mañana...

Rima asonante -a-a-a-a…


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