Hace poco pensé que con mis años
a mi vida podría darle un giro;
disfrutar - al final - de un buen retiro
donde encuentre sosiego y un respiro
mi existencia de lucha y desengaños.
Recordé el villorrio de mi infancia
adentrado en la zona campesina
y pensé en la leña, en la neblina,
en la fronda, en la rosa y en la espina;
en el límpido viento y su fragancia.
Y tomé un autobús al caserío
para ver su presente por mis ojos;
fue una ruta de cañas y matojos,
tardeceres traslúcidos y rojos
y al final… el villorrio labrantío.
Retomé los caminos ya cruzados
y sentí remembranzas casi yertas,
vi los ojos cansinos pero alertas
de los viejos sentados en sus puertas,
pendientes de los niños en los prados.
Escuché el gorjeo interminable
de las aves que habitan la alameda
y pisé la antiquísima vereda
de la cual - por desuso - poco queda,
aunque ayer pareciera ruta fiable.
Disfruté solazado - a raudales -
del fastuoso paisaje en la alborada,
el sonido vital de la cascada,
la ventisca que silva en la explanada
y los valles de inmensos pastizales.
Vi bandadas de pájaros migrantes
descansando en la diáfana laguna,
oí sapos cantándole a una luna,
pescadores nocturnos sin fortuna
y cocuyos de luces incesantes.
Recorrí sin afán los sembradíos,
vi el ganado paciendo en los potreros,
el trabajo tenaz de los granjeros
transportando la siembra a los graneros
o amansando a los potros más bravíos.
Al final entendí que aquel lugar
era la encarnación de mi utopía,
que esas tierras serían día a día,
en mi vida un motivo de alegría
y un sereno final para mi andar.
Me imagino en mi silla en pleno porche,
mi mirada perdida en lontananza,
el olor del fogón con su pitanza,
a mi oído el sonar de una romanza
y un licor esperando su descorche.
Quiero allá conocer el paraíso
que soñé tantas veces y no vi;
y además olvidar lo baladí
que he buscado, por años, por ahí
sin cederle al disfrute algún permiso…
Poema en quintetos endecasílabos, con acentos fijos
en 6ª y 10ª.
Rima consonante ABBBA
No hay comentarios:
Publicar un comentario