Ayer
te despediste, petulante,
con
ansias de olvidar cuanto vivimos;
un
beso desabrido, frío y mudo,
me
diste con desdén, casi ofensivo;
y
entonces vi tu espalda que partía
buscando
nuevo nido en otro sitio.
Estimas
que el pasado fue tortuoso
que
nunca trascendió lo compartido
y
todo aquello nuestro fue un error.
Quisiera
que no olvides cuan sencillo
se
truecan las palabras y promesas;
la
vida trampas pone en el camino,
y
el “nunca más” lanzado con desprecio,
-rehenes
del orgullo o de un capricho-
nos
puede devolver cualquier mañana
ofensa
similar como castigo.
Romance
en versos endecasílabos.
Acentuación
en 2ª y/o 4ª y 6ª y/o 8ª y 10ª.
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