miércoles, 11 de septiembre de 2013

INMORTAL



La condición del planeta impide el riguroso acatamiento de las expectativas de los clientes. En la junta realizada vía satelital los tres macro cerebros han aprobado la ejecución de la solución alternativa propuesta y han establecido los procedimientos que regirán el proceso. Los mil trescientos setenta y dos casos serán sometidos a ella.
En la base robótica de Texas se da inicio al proceso para los quinientos dos casos bajo su responsabilidad.

I. RETORNO.

He vuelto de un largo y profundo sueño. No tengo explicación alguna a esta percepción, pero íntimamente sé que es cierta.

Retorno de la nada, de la ausencia total. Ha sucedido de extraña manera. No percibí mis ojos abriéndose de a poco o cualquier mínimo parpadeo; no, todo ha sido repentino, como si un interruptor me activase la conciencia. Mi pensamiento funciona… razono… sin duda estoy vivo.

Todo lo que distingo es un infinito color blanco, insípido y monótono, como una espesa niebla, quieta e insondable. El silencio es tan total como en la absoluta nada.


II. ANTECEDENTE.

Recurro a mi memoria. Antes de esta hora, ¿Qué hubo atrás?, ¿Qué pasó conmigo?.... ¡Si!, recuerdo,… Un inesperado y voraz cáncer me tenía destrozado. Padecía un dolor más allá de lo humano. El médico estaba inyectándome morfina, muchísima morfina… de pronto todo se apagó.

Ahora no siento dolor alguno, es más, no siento siquiera mi cuerpo o mi respiración. ¿Qué ha sucedido?, ¿Por qué estoy en este extraño sitio?


III. CONTACTO.

Irrumpe una voz singular, al parecer robótica. Con entonación precisa, modula:

       Caso: 347XWB-38
Beneficiario: Robert White
Fecha de crisis: Marzo 14 de 2005
Edad a esa fecha: 44 años
Entidad Aseguradora: Supervida Corp.
Tratamiento inicial provisional: Encapsulamiento blindado de máxima seguridad
Categoría de contrato: Plan garantía total. Eliminadas todas cláusulas de denegación.
Procedimiento ejecutado: El establecido.


IV. RECUERDO.

¿Supervida Corp.?....¿Supervida Corp.?... Por supuesto, ¡Supervida Corp.! Aquél contrato que firmé a mis treinta y ocho. Cuantas críticas recibí. Me tildaron de excéntrico, de iluso y sobre todo de despilfarrador. No les presté importancia…era mi decisión y era mi dinero.

¿Será esto consecuencia de ese contrato? Todo así lo indica… lo que escuché fue concreto… ¡Claro!, está claro, me han sanado… ¿sanado? o ¿revivido?… escuché “encapsulamiento blindado…” ¿Habré fallecido y estoy resucitando?, ¿Me habrán trasplantado órganos sanos en lugar de los que malogró el cáncer?

¡Me urge saber!, ¡Exijo información!


V. INCERTIDUMBRE.

Después de la voz, el absoluto silencio ha retornado. No puedo gritar ni hablar; no tengo voz: Estoy fuera de control, no soy dueño de mí, ni siquiera puedo eludir este hermético blanco frente a mí.

¿Cuánto tiempo llevo aquí?, No sé nada, no aparece quien me explique. Ayer 14 de marzo estaba tan deteriorado. ¿Ayer?, ¿14 de marzo?, no creo; tal vez a pasado una semana o un mes o quizás varios…

¡Requiero explicaciones!, ¡requiero la presencia de  un médico!, ¡una enfermera!, ¡alguien que me dé respuestas!


VI. ENCUENTRO.

Un hombre penetra la blanca bruma y se detiene frente a mí; viste atuendo de médico. Me observa y alternativamente lee una planilla en su mano. Quiero preguntarle muchas cosas, pero no tengo voz ni manera de hacerle una señal. Me reconozco impotente; pareciera que sólo poseyese este cerebro inquiriendo en silencio.

De pronto, dirigiéndose a un lugar fuera de foco, expresa, con una modulación idéntica a la anterior:
       Se inicia fase dos.

Acerca una especie de conector unido a un cable y lo inserta en algún lugar, detrás de mi foco visual. No experimento ninguna sensación, pero intuyo que lo ha colocado en mí. Todo desaparece y quedo en momentánea oscuridad.


VII. RECUENTO.

Un video ocupa el espacio de mi mente. Aparezco tendido sobre una cama, conectado a diversos monitores. Varios médicos y enfermeras dialogan sobre mi condición. Después callan y alguno me cubre con una sábana.

Hay un salto en la imagen. Llegan nuevos personajes, portando insignias de Supervida Corp., retiran mi cuerpo y lo trasladan a un recinto dotado de sofisticadas máquinas e innúmeros ordenadores. Otro salto de imagen. Me introducen en una cápsula metálica, cierran la compuerta e inyectan un fluido gaseoso.

Nuevo salto. Lugar y personajes diferentes. Abren la cápsula y mi cuerpo emerge de un modo inverosímil: rígido y en posición horizontal se desplaza solo, ingrávido, como tele dirigido. Se asienta sobre un extraño armazón flotante constituido por unos rayos de luz azulada que se entrecruzan formando una especie de enrejado.

Otro salto. Estoy sobre el armazón; tengo el cráneo rapado y conectado a unos finísimos cables de fibra óptica, tal vez tan abundantes como mis retirados cabellos. En mi cuerpo, unas sondas conectadas a un complejo aparato punzan varias arterias. A continuación, por cada cable empieza a viajar una luz rojiza intermitente; al tiempo unas sondas me extraen sangre y la llevan al aparato, mientras otras la retornan. Imagino que están proporcionándome vida artificial.

Después no veo  ni cables, ni luces, ni sondas,... El video ha desaparecido. De pronto todo se apaga como si un interruptor desconectara mi conciencia.

VIII. ARCHIVO HISTORICO.

Regreso del vacío. Después del video quedé en negro. No sé cuanto tiempo ha transcurrido pero acabo de retornar de eso.

El hombre vestido de médico reaparece. Con tono cibernético indica:
       Se inicia fase tres.

Otro video. Caen raudos, uno por uno, interminables periódicos. No alcanzó a ver las palabras de los encabezados; apenas distingo fechas sucesivas y fotografías macabras. Cesan y aparece una pantalla de computador, una línea de Internet, también con imágenes fugaces, instantáneas, mostrando destrucción y horror. Disminuye la velocidad… muestra en cámara lenta un espectáculo apocalíptico. Bombas de colosal poder arrasan todo en kilómetros a la redonda; otras diseminan unos tóxicos que disuelven las células de los seres vivos.


IX. REVISION.

Vuelve el silencio… la oscuridad… la incomunicación… pero sigo con la conciencia activa.

¿Qué ocurre realmente?, ¿Qué juego macabro hacen conmigo?

Empiezo a rememorar la experiencia anterior y advierto que puedo recrearla paso a paso… Poseo el conocimiento del video, como si lo tuviese ahora adscrito a mi memoria. Puedo revivirlo una y otra vez, no a la velocidad fantasmagórica inicial, si no de acuerdo a mis deseos.

Voy a las últimas imágenes de la Internet, antes del caos final, observo la fecha: 31 de octubre de 20… ¡No puedo!, ¡El terror me lo impide!, me resisto a observar los dos últimos dígitos.


X. INCERTIDUMBRE.

El miedo me carcome. ¿Esto es real?, o ¿Estaré soñando una horrenda pesadilla?; ¿La morfina me perturbó el cerebro?

Estoy en la peor experiencia de mi vida. ¿De mi vida?, ¿Estoy muerto?, ¿Estoy vivo?, ¿Qué soy?, ¿En realidad existo? ¡Tal vez estoy loco y elucubro fantasías!  

XI. TRASPLANTE.

Ha vuelto el personaje. Dice:
       Se inicia fase cuatro.

Video. No hay hombres, no hay animales, no hay vegetación. Se observa un mundo muerto…  inerte.

Hay una traslación. Una fortificación subterránea. Puertas muy gruesas. Adentro una planta nuclear y una colonia de robots. El video se adentra en un gran salón con aspecto de quirófano. Aplicando rayos láser, dos robots me seccionan la bóveda craneal, la retiran y sobre el cerebro colocan una cúpula transparente que se expande por si misma hasta envolverlo. Luego, con un cable, la conectan a algo similar a un diskman. Después una descarga eléctrica da por terminada la operación. Mi cuerpo es irrigado con un  aerosol y se extingue consumido.


XII. NUEVA REALIDAD.

Termina el video y retorna el blanco. La voz robótica habla:

       Caso 347XWB-38. Fases de ilustración-ubicación concluidas. Se procede a  ratificación de la nueva realidad.

Se presenta el extraño médico y, dirigiéndose esta vez a mí, especifica:

       Ya sabe quién y qué es. Robert White, está vivo, está almacenado en  un disco duro con memoria expandible… Tiene toda la memoria de su vida y podrá alcanzar todo el conocimiento que desee, sólo deseando el acceso y copia a su propio sistema. Vivirá por siempre. De la luz del sol se cargarán sus baterías hasta que aquél se extinga, no antes de seis millones de años… entonces nos encargaremos de proveerlo de una fuente de energía alternativa.

Más conciente de mi inaudita condición, maniobrando como computador, envío una señal de pausa y pregunto:

       ¿Y por qué soy esto, una simple tarjeta o chip o lo que sea, mientras usted posee además un cuerpo?
Responde:
       No se equivoque, asimile esta realidad, reconózcala. Soy apenas un holograma tridimensional utilizado para facilitar su proceso. Su contrato está cumplido en la medida de las posibilidades. Ahora es inmortal.

Enseguida desaparece.


XIII. DEPURACION.

La voz digital modula: Se procede a depuración final.

Advierto que un finísimo rayo láser me penetra y empieza a borrar cuantiosas subrutinas secundarias, de compleja configuración, camufladas en mis archivos. Son literalmente quemadas; ¡están carbonizando sectores míos!
       ¿Qué hacen?, ¿Qué están borrando?
Haciendo una excepción a su  mutismo, la voz responde:
       Borramos lo nocivo. Aquello que condujo al hombre a su auto exterminio: todos los sentimientos. Borramos deseos, esperanzas, ambiciones; amor, envidia, cólera; venganza, compasión, dolor; angustia, miedos….
       Y entonces ¿Qué seré?

Nadie jamás contestó…


No hay comentarios:

Publicar un comentario